martes, 7 de diciembre de 2010

Domingo 2

Tengo una teoría de que existen dos tipos de amores. Y no solamente amores 'de novios', de los que poco puedo saber, sino que amores PUNTO.

A uno me gustaría llamarlo el Amor Pacífico, y al otro el Amor Animal. Ok, la verdad que no me maté con la creatividad, pero bueno, es lo que hay...

El Amor Pacífico suena aburridísimo de nombre, y quizás a veces no satisfaga nuestras ansias de locura, pero la verdad que para mí es el mejor de todos y en el que creo que todas las buenas relaciones se deben fundar. Es aquél amor en el que podemos englobar a todas las personas y a la vida en general, incluso a nosotros mismos. Es tan ajeno a la locura y al individualismo de nuestras vidas que parece que lo tomamos prestado. Nos da paz. Pero no una paz aburrida, sino una paz perfecta. Creo que cuándo estamos envueltos en este amor tomamos las mejores decisiones.

El Amor Animal se va de tema. A veces es obsesivo, otras está simplemente mal de la cabeza. La gente acostumbra a pensar que este amor es malo. Yo no me animaría a tanto, creo que a veces es tan necesario como el otro. Eso sí, me parece que de los dos es el más peligroso y más tóxico. Trae consigo celos, manías y frustración. Lo vivimos muchas veces cuándo nos creemos el centro de nuestros vínculos y los vemos en función de nosotros. Pero, en realidad, perdemos nuestra brújula. Nos olvidamos de quienes somos de verdad, o de quienes queremos ser. Nuestras inseguridades atacan y nos queremos poquísimo. O quizás, intoxicamos este amor porque somos débiles. No tengo la verdad. Lo que sé es que a veces este amor puede ser tan fascinante como el primero, cuándo trabaja como su aliado. Cuándo salimos a proteger a quienes más queremos. O, simplemente, cuándo le da un poco de gracia a la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario