viernes, 29 de octubre de 2010

The Laughing Heart

En lo que va de mi trayectoria como blogger (WTF?) no publique nada que no haya escrito, pero no puedo dejar de compartir este poema. La verdad que estos días me está podiendo más que de costumbre. Un shock de motivación. De vida.

your life is your life
don’t let it be clubbed into dank submission.
be on the watch.
there are ways out.
there is a light somewhere.
it may not be much light but
it beats the darkness.
be on the watch.
the gods will offer you chances.
know them.
take them.
you can’t beat death but
you can beat death in life, sometimes.
and the more often you learn to do it,
the more light there will be.
your life is your life.
know it while you have it.
you are marvelous
the gods wait to delight
in you.


-- Charles Bukowski

jueves, 28 de octubre de 2010

¿De qué hablamos cuándo hablamos de derechos humanos?

¿De qué hablamos cuándo hablamos de Derechos Humanos? ¿Que són? ¿Debemos respetarlos? Para ser muy sincera a veces dudo si son algo que enserio debemos respetar o algo que inventamos, y defendemos solo de vez en cuándo, cuándo sentimos que nos involucran u ofenden.
Antes que me lapiden aclaro que me encantan, los defiendo a muerte. Considero que todas las personas valen y deben ser protegidas. Sin embargo, confieso que a veces me suenan a lugar común. No sé si me captan.
De vez en cuándo, la gente los abráza sin amor. De manera insípida. Los protege con una sensación de deber no sentido. O defiende algunos con posturas teñidas de ideología, y deja el resto en el placard.

Hoy en día por todas partes se está discutiendo sobre la Ley de Caducidad. Muchos son quienes la defienden a muerte, se abrazan a ella sosteniendo que es cuestión de Derechos Humanos y por lo tanto que está por encima de cualquier plebiscito. No estoy con ganas de entrar en debates políticos, ni tomar partido, no me interesa y no viene al caso. Estupéndo que el pueblo Uruguayo tenga a la defensa de los Derechos Humanos como prioridad, pero ¿que lleva a las personas a luchar tanto contra las violaciones a los Derechos Humanos que ocurrieron en el pasado y olvidarse de las muchas que ocurren hoy en día o hasta incluso luchar en su contra?
¿Qué me dicen de todos los niños que son privados del derecho nacer?
¿De todos los que mueren de hambre?
¿De todos los que son discriminados, segregados?
¿De todas las personas que no tienen un lugar digno para vivir?
¿De todas aquellos que mueren por no tener un servicio médico como la gente?
¿De las miles de personas que carecen algo tan básico como el afecto?
Podría seguir infinitamente, pero no tiene sentido. Todos conocemos las miles de violaciones a los Derechos Humanos que ocurren día a día, algunas son por gusto, otras sin querer. Algunas parecen inmensas, y otras no se ven. Estas últimas son las peores, como gotitas se van juntando hasta crear una tormenta, pero no nos damos cuénta, hasta que estalla.
De vez en cuándo me parece que la gente se olvida que en todo lo que se discute en el parlamento hay un poquito de Derechos Humanos, aunque casi ni se vean. O se manifiesta en contra de las grandes violaciones pero detrás de cámaras, comete las suyas propias.
Sería hipócrita decir que no somos hipócritas.
Pero igual, sigo sosteniendo, que es mejor tener ideales altos y no alcanzarlos, que no tener ideales en absoluto.
Siempre y cuándo sigamos haciendo el intento.

sábado, 16 de octubre de 2010

Cuándo Era Chica...

Cuándo era chica (un poco más que ahora) estaba llena de certezas: estaba convencidísima de que quería ser 'cuándo sea grande' (a pesar de que ese que hubiese sufrido los más insólitos e innumerables cambios), pensaba que había una carrera diseñada para mí, opinaba sobre absolutamente todo, era capaz de definir y decir cosas lindas sobre los que me rodeaban sin vacilar, las palabras me fluían, podía decir lo que sentía, sin dudar de que era lo que sentía.

Hoy por hoy no sé que quiero de mi vida. Ni que pienso. Estudio una carrera, no porque sienta que me defina 100%, sino porque creo que me va a dar más herramientas para hacer lo que quiero, aunque no se bien lo que quiero. Conozco el lado oscuro de muchos alrededor mío. Fui decepcionada, me ofendí, enojé y hasta Pelee.

A simple vista puedo pensar que el miedo me paralizó, que los golpes y tropiezos de la vida me volvieron cínica, que la realidad me cortó las alas. Puedo desilusionarme, sentirme un fracaso.
Puedo quedarme en esa o pensar un poco y descubrir que quizás un poco no sea por terror que cambié, ni por mediocridad, ni por falta de sueños. Quizás, solo quizás, el cambio se deba a que estoy saliendo del capullo en el que alimentabamos ilusiones sin tener que enfrentarlas. Hoy las ideas, los afectos, las aspiraciones tienen otro peso. Las cosas pasan. Los amigos son de carne y hueso. Tenemos que tomar decisiones. Descubrimos que las cosas son complejas, indefinibles en términos de blanco y negro. Y claro que vamos a dudar. Por supuesto que unas cuántas burbujas se nos van a pinchar. Nos vamos a dar cuenta que las cosas nunca son exactamente como nos las imaginamos. Todo lo que digamos, sintamos y pensemos va a llevar consigo consecuencias y responsabilidades.
No por eso somos peores de lo que eramos, ni estamos más perdidos.
A veces solo quiere decir que todo se está volviendo real.

domingo, 3 de octubre de 2010

La Intolerancia de Los Tolerantes

De vez en cuándo me pregunto si está bien discriminar, tener prejuicios, ser intolerante.
No es que sea mala persona, facista, loca.
Bueno, quizás un poco de la última sí.

Me pregunto esto un poco, porque de vez en cuándo voy por la vida y me encuentro con personas que abrazan la No Discriminación como si fuera su máxima bandera (criticando así con extremada dureza a quienes 'discriminan') y sin embargo se pasan la vida insultando, mirando al otro de costado con aires de superioridad. Posiblemente esté siendo un poco sarcástica, pero sinceramente me molesta la actitud. No me molesta el hecho de que critiquen o discriminen, ya que, lamentablemente, dentro de cada uno de nosotros existe un bichito un poco malo, sino que me molesta que miren a los otros como si fueran monstruos, cuando en la realidad eso que aborrecen es algo que también llevan dentro de sí.
La verdad es que dentro de cada uno de nosotros existe el bicho discriminador, que mira para el costado, critica y más que nada: juzga. No estoy hablando de un ser que desprecie a los homosexuales, a los negros o a los Católicos; sino que su comportamiento yace en despreciar lo más básico: el hablar mal de una persona porque nos moleste el tono de su voz, su ropa, el barrio donde vive, los amigos que tiene.... Nadie es un santo y, para combatir la discriminación, debemos aceptarlo, reconocer que nosotros tenemos nuestros juicios, que, aunque quizás hoy no seamos concientes, el día de mañana pueden desembocar en formas de discriminación más grandes y generalizadas. La actitud es la misma, la manifestación es distinta.

Podemos hacer la vista gorda, o jactarnos que nuestras reiteradas críticas son bien fundadas, que existe una razón por la que juzgamos mal al otro. ¿Existen motivos para el desprecio? Sinceramente creo que no, que siempre que rechazamos algo en el otro estamos simplificando, ignorando los motivos por los que eso es así. La base de la discriminación es la simplificación.
Hay una frase que me encanta que dice "Be kind, for everyone you meet is fighting a harder battle", cada vez que alguien me inspira desprecio (sea por motivos serios o superficiales) pienso esta frase para mi misma.
Creo que la mejor forma de combatir la discriminación no es dándole palo abierto a quienes discriminan sino que intentar comprender mejor a quienes nos inspiran desprecio, o cuyas actitudes o formas de vida nos causan rechazo o confusión.